Me preguntaron que cómo es que me ha dado por escribir un blog ahora.
Tenía esta cuenta de blogger olvidada totalmente, me la hice hace tiempo y creo que nunca la llegué a usar. La redescubrí hace poco y decidí utilzarla, no vi una razón especial, simplemente me apetece hacerlo.
Peroooo… puede que eso haya cambiado y tenga un motivo por el que escribir.
Posible Motivo:
Sólo tengo dos comentarios en mi blog, con lo cual podría deducir que nadie lo lee.
Pero ayer salí (¡¡Ooohhh!! ¡¡Guaauu!!) y el hecho de que todas mis amigas me comentasen lo bien que me queda el pelo ahora…no sé por qué, pero me hace sospechar.
Puede que simplemente sea casualidad, pero también puede que sea porque hace una semana escribí sobre lo que la gente opina de lo que hay encima de mi cuero cabelludo.
(Un punto a favor de la segunda premisa es el hecho de que, como era de esperar, aún no he ido a la peluquería).
Entonces yo me pregunto: ¿Y si pongo que se dice que no follo? ¿Y si pongo que, al parecer, nadie aún me ha conocido una pareja? ¿Y si pongo que se habla por ahí de que no tengo un duro? ¿Y si…?
Seguro que no pase nada, evidentemente. Pero por intentarlo, que no se diga.
Si alguno de los “Y si…” cambian de golpe. Es evidente que escribiré con mucho más entusiasmo.
Tenía esta cuenta de blogger olvidada totalmente, me la hice hace tiempo y creo que nunca la llegué a usar. La redescubrí hace poco y decidí utilzarla, no vi una razón especial, simplemente me apetece hacerlo.
Peroooo… puede que eso haya cambiado y tenga un motivo por el que escribir.
Posible Motivo:
Sólo tengo dos comentarios en mi blog, con lo cual podría deducir que nadie lo lee.
Pero ayer salí (¡¡Ooohhh!! ¡¡Guaauu!!) y el hecho de que todas mis amigas me comentasen lo bien que me queda el pelo ahora…no sé por qué, pero me hace sospechar.
Puede que simplemente sea casualidad, pero también puede que sea porque hace una semana escribí sobre lo que la gente opina de lo que hay encima de mi cuero cabelludo.
(Un punto a favor de la segunda premisa es el hecho de que, como era de esperar, aún no he ido a la peluquería).
Entonces yo me pregunto: ¿Y si pongo que se dice que no follo? ¿Y si pongo que, al parecer, nadie aún me ha conocido una pareja? ¿Y si pongo que se habla por ahí de que no tengo un duro? ¿Y si…?
Seguro que no pase nada, evidentemente. Pero por intentarlo, que no se diga.
Si alguno de los “Y si…” cambian de golpe. Es evidente que escribiré con mucho más entusiasmo.