Me despierto con el estomago en la garganta.
Me incorporo y me lo trago con tal ansia que al caer deja un dolor en mi vientre del que no me recuperaré en todo el día.
Mis ojos dudan, van de un lado a otro y no saben si parar de buscar.
Respiro. No pienso en nada. Respiro.
Me vuelvo a tumbar y, dependiendo del día, río por no llorar o lloro por no reír.
Pienso a una velocidad que no sigo y acabo por no entender nada.
Vuelvo a dormirme.
2 comentarios:
Mejor ríe por reir, y olvídate de llorar a no ser que sea por haber visto una foto mía en pelotas (no podría culparte).
Y por supuesto, no te olvides de respirar, pienses en lo que pienses, que si no te lo recuerdo...
tia..
vamonos
vamonos de viaje
ANA(en mayúsculas)
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